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viernes, 17 de abril de 2020

CONECTADOS A 5G


"No puedo concebir qué puede haber entre lo que soy hoy y mi vida pasada, que la conexión con la Matrix me hace recordar". Alfredus del Bajo

El 5G no es peligroso. Al menos, no más que las ondas que estamos usando hoy en día. Como ya ha ocurrido tantas otras veces, se trata de una reacción de las personas y las fake news ante los avances de esta tecnología, como ya ocurrió con el WiFi, los productos químicos o las vacunas. La tecnología 5G requiere del uso de nuevas estaciones y antenas, pero de la misma manera también necesita niveles de energía menores que en el 4G. Según la Comisión Internacional de Protección de Radiación no Ionizante (ICNIRP), una organización independiente y reconocida: "el nivel máximo de radiofrecuencia al que alguien podría estar expuesto por el 5G (o cualquier otra señal en áreas comunitarias generales) es tan pequeño que no se ha observado ningún aumento de temperatura hasta la fecha". Y ya que hablamos de esa futura conexión, ¿Será posible que el cerebro humano se integre con la red Internet?. Los pensamientos humanos podrán interconectarse en tiempo real, gracias a nanobots neuronales. En el futuro, nuestros cerebros podrían descargar información al estilo Matrix. Una interfaz cerebro/ nube (Human Brain/Cloud Interface o B/CI), pronto se hará realidad gracias a los avances en nanorrobótica. Suena a ciencia ficción pero la próxima generación de nanobots será capaz de adentrarse en el sistema vascular humano y posicionarse entre las neuronas para transmitir de forma inalámbrica información codificada hacia una red de superordenadores situados en la nube. Esta interfaz permitirá la descarga de información al estilo "Matrix". Un sistema B/CI mediado por neural nanorobóticos podría permitir a las personas tener acceso instantáneo a todo el conocimiento humano acumulativo disponible en la nube, al tiempo que mejora significativamente la capacidad de aprendizaje y la inteligencia humana. Es lo más parecido a la telepatía. Podremos comunicarnos a través del pensamiento como el que manda un Whatsapp, acceder a archivos, mapas, procesar imágenes... un mundo cibernético con muchas potencialidades pero, también, con ciertos riesgos. Y es que, tanto la nube, como el transmisor inalámbrico se pueden hackear... Y, es que, un "sistema central global" conectaría redes de cerebros humanos individuales con la Inteligencia Artificial para permitir el pensamiento colectivo. El sistema ya se ha probado de forma experimetal con una interfaz llamada BrainNet que combina la electroencefalografía (EEG) para registrar las señales cerebrales y la estimulación magnética transcraneal (TMS) para transmitir información de forma no invasiva a otros cerebros. Así que, gracias a la tecnología e Internet, podrían aumentarse las capacidades cognitivas humanas (pasaríamos a tener una fuente de datos ilimitada en el cerebro y nuevas capacidades hasta ahora inalcanzables, salvo en el terreno de la ciencia ficción). Pero no solo nuestra inteligencia se beneficiaría de la Red de redes: la inteligencia artificial también podría salir mejorada. Esto sería posible porque el funcionamiento de Internet se parece tanto al del propio cerebro que este último puede servir como modelo para el desarrollo de la IA: Internet tiene toda la extravagancia del cerebro: puede trabajar en paralelo, puede comunicarse a través de grandes distancias, y comete errores. Se constató que las redes naturales –como son las redes neuronales son más estables y eficientes que las redes artificiales, por razones muy concretas (quizá reproducibles): su relación entre la estructura interna de cada red natural, y el patrón de conexiones que cada una de esas redes establece con otras redes. Como es lógico, para que este proceso tecnológico sea una realidad, es necesario que la velocidad de los procesadores informáticos y la transmisión de datos sea muy elevada. En este sentido, los superordenadores actuales tienen velocidades de procesamiento capaces de gestionar los volúmenes necesarios de datos neuronales y la llegada de los ordenadores cuánticos y velocidades de transmisión superiores al 5G harán de la especie humana un potencial como los Borg de Star Trek.


"End of transmission".









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