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viernes, 28 de marzo de 2014

SOMOS POLVO COSMICO



La frase hecha realidad por los continuos avances de la astrobiologia: "Estamos hechos de ingredientes que se encuentran en el polvo cósmico", es más actual que nunca ya que los científicos están encontrando más y más pruebas de que material creado en el espacio y llevado a la Tierra por impactos de cometas y meteoritos podría haber sido el impulso definitivo que hizo surgir vida aquí. Algunos meteoritos proporcionan sustancias que pueden servir de "ladrillos" con los que se pueden formar ciertos tipos de moléculas, más grandes y complejas, que son fundamentales para la vida.
Mientras, la comunidad científica ha analizado meteoritos ricos en carbono (condritas carbonáceas) y ha encontrado aminoácidos, los "ladrillos" de los que están hechas las proteínas. Las proteínas figuran entre las moléculas más importantes de la vida, y sirven para producir estructuras como el pelo y la piel, y para acelerar o regular reacciones químicas. En los meteoritos también se han hallado a veces los componentes que permiten la formación de ADN, la sustancia que transporta las instrucciones de cómo crear y regular un organismo viviente, así como otras moléculas biológicamente importantes.  

Sin embargo, estos meteoritos ricos en carbono son relativamente raros, representando menos del cinco por ciento de los meteoritos encontrados e identificados como tales, y estos últimos son a su vez una minúscula porción de todo el material extraterrestre que llega a la Tierra. Aparte de esto, las sustancias básicas para la vida encontradas en los meteoritos por lo general están presentes en bajas concentraciones, típicamente del orden de algunas partes por millón o incluso partes por mil millones. Esto plantea la cuestión de hasta qué punto los meteoritos pudieron hacer aportaciones decisivas de sustancias decisivas para la creación de vida. Sin embargo, la Tierra constantemente recibe otro tipo de material extraterrestre: polvo de cometas y asteroides.
A pesar de su reducido tamaño, estas partículas de polvo interplanetario pudieron proporcionar mayores cantidades y un suministro estable de material orgánico extraterrestre a la Tierra primitiva. Desafortunadamente, han sido poquísimos los estudios sobre su composición orgánica, especialmente con respecto a los compuestos biológicamente relevantes que pudieron contribuir al surgimiento de vida. El motivo de esta escasa actividad analítica ha sido esencialmente el minúsculo tamaño de las muestras.


Esto puede cambiar a partir de ahora. El equipo de Michael Callahan, del Laboratorio Analítico de Astrobiología, dependiente del Centro Goddard de Vuelos Espaciales de la NASA en Greenbelt, Maryland, Estados Unidos, ha aplicado recientemente una tecnología avanzada para inspeccionar muestras de tamaño ínfimo de meteoritos, y determinar con gran detalle y fiabilidad si contienen o no ingredientes para la vida.
Estos científicos han encontrado aminoácidos en una muestra de 360 microgramos (millonésimas de gramo) del meteorito Murchison. Este tamaño de muestra es 1.000 veces más pequeño que el tamaño de muestra típico utilizado en los sistemas convencionales de análisis.
El meteorito Murchison tiene 4.600 millones de años de antigüedad y debe su nombre al de la ciudad australiana de Murchison, donde fue encontrado en 1969. Este estudio es una demostración de la fiabilidad de la nueva técnica. El de Murchison es un meteorito que ha sido ampliamente analizado, y por eso ha servido para calibrar la precisión y fiabilidad de la nueva técnica. Callahan y sus colaboradores obtuvieron los mismos resultados examinando tanto un fragmento muy pequeño como uno mucho mayor del mismo meteorito.
Esta nueva técnica permitirá investigar con gran eficacia materiales extraterrestres como micrometeoritos, partículas de polvo interplanetario y partículas cometarias.


Información adicional: http://www.nasa.gov/content/new-technique-could-be-used-to-search-space-dust-for-lifes-ingredients/#.UzXShqh5MbA


"La impresión de “infinito” que nos produce mirar al firmamento en una noche clara la podemos sentir también cada vez que miramos a nuestro alrededor y recordamos que todos y cada uno de los átomos que forman toda esa materia que nos rodea (incluidos nosotros mismos) no es ni más ni menos que polvo de estrellas”. Carl Sagan

"End of transmission".









miércoles, 19 de marzo de 2014

EL ECO DE LA CREACION




Un equipo internacional de científicos liderado por John Kovac, radioastrónomo del Centro para la Astrofísica Harvard Smithsoniano, de Cambridge, acaba de dar con los primeros instantes del universo, un período al que algunos se refieren como las "épocas oscuras" del cosmos, porque aún no existían ni estrellas ni galaxias.
Con un telescopio ubicado en el Polo Sur, Bicep 2, Kovac y sus colegas lograron tomar "una instantánea" de las huellas que dejaron en el espacio-tiempo ondas producidas por la explosión inicial una mil millonésima de billonésima de billonésima de billonésima de segundo después del Big Bang. Además, de probar la predicción de Einstein de que el Big Bang produjo "ondas gravitacionales", un efecto que se desprende de su teoría de la relatividad general, también probaría el "período inflacionario", es decir la expansión del Universo. 



Las ondas gravitacionales comprimen y expanden el tiempo y el espacio a medida que se desplazan a la velocidad de la luz, y así distorsionan el fondo de radiación cósmica, también llamado el eco del Big Bang. El físico argentino Matías Zaldarriaga investigador del Instituto de Estudios Avanzados de Princeton, calculó exactamente qué tipo de polarización había que buscar. Se la llamó "polarización de modo B", y es precisamente la que ahora detectaron Kovac y su equipo. "Si uno mueve una carga, se producen ondas electromagnéticas (luz) que llevan esa información a otras cargas y las hacen mover -explicó el último fin de semana Zaldarriaga desde Princeton-. Las ondas gravitacionales hacen lo mismo, pero para la fuerza de la gravedad."
"Cuando uno mueve cualquier masa/energía -añadió- se emiten ondas gravitacionales que llevan esa información. Las del período inflacionario hoy siguen viajando en el universo, pero llevan tan poca energía que hasta ahora no se habían podido detectar. No sólo son un fósil de la época de la inflación, sino que nos permiten saber qué tan rápido se estaba expandiendo el universo en ese momento. La producción de esas ondas gravitacionales durante la inflación es además un fenómeno cuántico, similar a la radiación de Hawking. De modo que esta medición nos da información sobre la teoría cuántica de la gravedad."

"Una onda gravitacional estira y comprime a su paso los objetos que cruza, de manera distinta en distintas direcciones -detalla Harari-. Pero es un efecto tan minúsculo que aún no había sido posible detectarlo en forma directa ni con los experimentos más sofisticados, como el LIGO (Laser Interferometer Gravitational Wave Observatory). Había evidencia indirecta de que una estrella orbitando alrededor de otra emite ondas gravitacionales tal cual lo predijo Einstein. Eso está confirmado desde 1974. En cuanto a ondas gravitacionales «primordiales», generadas durante el Big Bang, hasta ahora no se habían logrado evidencias directas ni indirectas, por lo tenue de los efectos que se estima que producen."


"La vida es como un eco, si no te gusta lo que percibís prestá atención a lo que emitís".

"End of transmission".







viernes, 14 de marzo de 2014

MATERIA OSCURA Y EVOLUCION HUMANA



Parece que la evolución como especie humana se debe a la acción de la Materia Oscura.
La nueva teoría propuesta por los físicos teóricos Lisa Randall y Matthew Reece, de la Universidad de Harvard, se basa en suposiciones derivadas de estudios recientes.
La primera hipótesis es la existencia de una membrana muy delgada de la materia oscura que se encuentre en la mitad de nuestra galaxia, dividiéndola en dos partes, una superior y otra inferior. Este disco de materia oscura puede causar mayores impactos de meteoritos que, a su vez, pudieron ser la causa de varias extinciones masivas de especies ocurridas en nuestro planeta a lo largo de su historia, incluso la extinción de los dinosaurios.
El sistema solar se mueve a lo largo de la galaxia no solamente en el plano 'horizontal' sino también en el plano 'vertical', oscilando de arriba hacia abajo y viceversa, pasando por el centro de la galaxia cada 35 millones de años. La membrana de la materia oscura en el centro de la galaxia provoca un empuje gravitatorio que perturba los cometas en la nube de Oort, que a su vez provocan mayores bombardeos con meteoritos.  
El modelo investigado se basa en una forma hipotética de materia oscura descrita por los autores y sus colaboradores el año pasado, como medio para resolver otro enigma cósmico independiente. La existencia de un 'disco oscuro' podría ser probado en breve por las observaciones astronómicas, según apunta el artículo publicado en 'Nature'.
Según presumen los físicos, estos periodos de 35 millones de años corresponden a los mayores 'bombardeos' de meteoritos, que se cree pueden tener un carácter cíclico. No obstante, los autores de la teoría no ocultan el hecho de que la deducción de que los mayores impactos de meteoritos ocurren cada 35 millones de años se basa en una evidencia estadística muy superficial basada en recientes estudios de cráteres de más de 20 kilómetros de diámetro, que suelen proveer unas dataciones poco puntuales. Otro problema es que la materia oscura como la conocemos no es capaz de formar dicha membrana delgada debido a la falta de la posibilidad de interactuar. Pero sí lo podría hacer una forma de materia oscura hipotética descrita por los físicos el año pasado. La existencia de dicha forma de materia oscura podría ser comprobada durante próximos estudios astronómicos.
A pesar del carácter especulativo, la nueva teoría podría volverse científica permitiendo a los investigadores hacer predicciones basándose en esta nueva idea exótica.

Información adicional: http://www.nature.com/news/did-dark-matter-kill-the-dinosaurs-1.14839

"Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa". Mark Twain 

"End of transmission".









miércoles, 12 de marzo de 2014

COSMOS: LA ODISEA CONTINUA



Ayer como hacía 34 años, volvimos a maravillarnos con la serie Cosmos, de Carl Sagan.
La nueva serie tiene como título: "Cosmos: una odisea a traves del espacio tiempo". Como su predecesora de 1980, el nuevo programa promete desentrañar los misterios del universo gracias a los avances tecnológicos de las últimas décadas. La popular serie creada por Sagan , que nos dejó solo físicamente en 1996, regresa a la pantalla chica en 13 nuevos capítulos, presentados por National Geographic los martes a las 22 horas (Argentina), con la conducción del astrofísico Neil deGrasse Tyson, discípulo de Carl Sagan, y guión de su viuda Ann Druyan.
El amor que sentía Neil por los astros lo llevó a escribirle una carta en 1975 a su ídolo Carl Sagan para que le recomendara dónde estudiar aquello que tanto lo apasionaba. La respuesta no tardó en llegar. La carta de Sagan, además de alentarlo a introducirse en el mundo científico, lo invitaba a pasar todo un día en la Universidad de Cornell, en Nueva York, donde era profesor y director del Laboratorio de Estudios Planetarios. Allí lo convenció de unirse al club de las estrellas. Y no se equivocó.
Hoy el doctor Tyson, además de ser un astrofísico y excelente divulgador científico, es el director del Planetario Hayden en el Museo Nacional de Historia Natural en Nueva York y ahora es el conductor del programa que mejor explica los misterios del universo.

"Con la aparición de la serie original en 1980 cambió la conciencia de muchos y hasta su cultura. Traspasó el campo científico. Hoy creo que el mundo necesita de un nuevo Cosmos , es decir, una nueva forma de narración científica que permita revelar la grandeza del universo y reinventar los elementos más característicos de la serie original, como el Calendario Cósmico y la Nave Espacial Imaginación", explicó el profesor Tyson.

Cosmos, representa un viaje impresionante y épico hacia una nueva era de la exploración, navegando a través de las estrellas en equilibrio perfecto entre el escepticismo y el asombro, aplicando ciencia rigurosa mezclada con elementos visuales increíbles gracias a la tecnología de punta de hoy y en alta definición. Es un periplo donde se cruzan las emociones y las creencias espirituales, dando como resultado una experiencia trascendental, una visión del cosmos en la mayor escala que se pueda imaginar.

La ciencia no está atada a paradigmas. Eso es lo bueno de la ciencia. Está abierta a cualquier teoría o posibilidad que pueda llegar a ser cierta. Los mejores científicos no tienen límites en su libertad de pensamientos. El universo es algo muy complejo y hay muchas cosas con las que nos sigue desafiando en nuestra meta por comprenderlo.

"La vida es la forma en que el universo se conoce a sí mismo". Carl Sagan

"End of transmission".







jueves, 6 de marzo de 2014

HUELLAS BIOLOGICAS MARCIANAS



El origen de la vida se relaciona con los sucesivos impactos de meteoritos que sufrió la Tierra hace 4.000 millones de años, esta hipótesis fué impulsada por el reciente descubrimiento de aparentes formas de vida en meteoritos marcianos, así como por la constatación de la existencia de sustancias “orgánicas” complejas en el espacio sideral. Los afamados investigadores australianos, Paul Davies y su colega Charles Lineweaver sugirieron anteriormente en una publicación en la revista especializada Astrobiology, que lo más probable es que en ese período se formaran también en la Tierra diferentes tipos de vida extraterrestre, que habrían permanecido ocultas y que incluso pueden haberse mezclado en nuestros genes. Ambos autores, aunque reconocen la naturaleza especulativa de su teoría, estiman que el relativamente reciente descubrimento de un tipo de ADN “inútil” indica que el mundo microbiano reserva todavía muchas sorpresas, una de las cuales podría ser la de la manifestación de vida extraterrestre en organismos de nuestro planeta.
Ahora bien, los resultados de un análisis reciente de un meteorito procedente de Marte indican la posible presencia de indicios de antiguas formas de vida marciana. Este meteorito se suma así a otro del que años atrás se sacaron conclusiones parecidas.

Aquel meteorito anterior, el ALH84001, fue analizado por un grupo de científicos de la NASA liderados por David McKay, Everett Gibson y Kathie Thomas-Keprta. Los resultados de su análisis, presentados en 1996, incluían la detección de minúsculas estructuras que podían haber sido obra de antiguos microorganismos marcianos. El hallazgo despertó una gran controversia.

Ahora, en un nuevo estudio, Gibson, Lauren White y sus colegas han analizado las estructuras internas de un meteorito marciano de 13,7 kilogramos (30 libras), conocido como Yamato 000593 (Y000593). El equipo ha informado que las diferentes estructuras y propiedades de la composición del interior del Y000593 que se acaban de descubrir también sugieren posibles procesos biológicos activos en Marte hace cientos de millones de años.
Si bien las misiones robóticas a Marte continúan arrojando luz sobre la historia del planeta, las únicas muestras de él disponibles en la Tierra son meteoritos marcianos.
Los análisis encontraron que la roca se formó hace unos 1.300 millones de años, a partir de un flujo de lava en Marte. Hace unos 12 millones de años, se produjo un impacto que expulsó el meteorito de su superficie. Éste viajó a través del espacio hasta que cayó en la Antártida, hace unos 50.000 años. La roca fue encontrada en el glaciar Yamato en la Antártida, gracias a la Expedición Japonesa de Investigación Antártica de 2000.

Los autores del nuevo estudio han hallado dos grupos característicos de rasgos. Encontraron estructuras en forma de túnel y de microtúnel que discurren por el interior del Y000593. Los microtúneles observados muestran formas curvadas y onduladas coherentes con las texturas de bioalteración observadas en vidrios basálticos terrestres, anteriormente dadas a conocer por investigadores que estudian las interacciones de las bacterias con los materiales basálticos en la Tierra.
El segundo grupo de rasgos consiste en esférulas de tamaño nanométrico y micrométrico que se hallan encajadas entre capas dentro de la roca, y que se distinguen del carbonato y de la capa de silicato inferior. Rasgos esféricos similares fueron vistos previamente en el meteorito marciano Nakhla que cayó en 1911 en Egipto. Las mediciones de composición de las esférulas del Y000593 muestran que son significativamente ricas en carbono comparadas con las capas de iddingsita de su alrededor.
Tal como advierten los autores del nuevo estudio, no se puede excluir que las regiones ricas en carbono en ambos grupos de rasgos sean el producto de mecanismos abióticos: sin embargo, las similitudes en composición y texturas con rasgos de muestras terrestres, que han sido interpretados como biogénicos, implican la intrigante posibilidad de que los rasgos marcianos hayan sido formados por actividad biótica.


Información adicional: http://www.jpl.nasa.gov/news/news.php?release=2014-065

"La ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia". Carl Sagan 

"End of transmission".