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viernes, 11 de marzo de 2011

TERREMOTO EN JAPON Y ACTIVIDAD SOLAR


En este blog habia escrito el dia 28 de Febrero pasado el riesgo que podian producir las prominencias solares, poco después de que la NASA captara una monstruosa llamarada solar el pasaso 24 de febrero, en luz ultravioleta por el satélite de la NASA Solar Dynamics Observatory (SDO).
Hoy se ha producido un terremoto espectacular de magnitud 8.9 con epicentro en el norte de Japón que está generando docenas de tsunamis por todo el Pacífico.

La alerta de tormentas magnéticas y eventos derivados de estas inestabilidades que se producirán en la Tierra ha sido lanzada por la comunidad científica.
La actividad solar nos demuestra que está alterando el medio ambiente y ejerce un gran dinamismo que lleva inexorablemente a lo que conocemos como “cambios climáticos”, solo basta ver las fotografías que cada tres horas se publican del disco solar y las perturbaciones magnéticas que emite hacia la tierra.

Los procesos de tipo viscoso plasmático del viento solar, someten a las placas tectónicas a fuertes compresiones y distensiones en mayor o menor medida dependiendo de la densidad y la temperatura de la magnetosfera, y se transmiten de unas zonas a otras a través del manto, provocando tensiones añadidas a la dinámica de las placas tectónicas disparando procesos sísmicos en las zonas estresadas. Estos efectos sobre la litosfera son de diferente intensidad en función de la posición de la Tierra en la órbita alrededor del Sol.

Al recibir estos bruscos cambios de presión, las capas de la corteza terrestre se comportan como una cama elástica flotando sobre el manto líquido y, al ser nuestro planeta como una pelota, la zona que recibe esta presión añadida se hunde y provoca la elevación de otras placas por transferencia de energía a través del manto, en un mecanismo flexible. Si alguna de estas zonas sísmicas se encuentra sobreexcitada, este movimiento provocará en un breve plazo un sismo de alta magnitud. Estos procesos de tipo viscoso impulsan flujos de plasma hacia la misma región en capas atmosféricas de baja latitud, que son atravesadas por líneas de campo magnético cerradas.

El mecanismo de “reconexión magnética” mantiene las líneas del campo magnético interplanetario y el campo magnético terrestre y así forman una única estructura y la configuración topológica de los campos magnéticos crean un estado de intercambio energético conocido como magnetosfera “abierta”.
Este proceso constituye un mecanismo primario de entrada de energía desde el viento solar a la magnetosfera e ionosfera terrestres. La reconexión magnética impulsa flujos de plasma a través de las líneas abiertas del campo en los casquetes polares y los lóbulos magnetosféricos hacia la región de la cola de la magnetósfera.

En ambos procesos los ciclos se completan por la convección dirigida hacia el exterior de la atmósfera en el interior de la magnetosfera , y hace que la Tierra se comporte como un emisor de pulsaciones, –púlsar– y en el que la fotosfera solar actúa como superficie responsiva reflejando estas pulsaciones dando lugar a la creación de nuevas trazas en la fotosfera y recomenzando nuevamente el ciclo actividad solar – ionosfera – magnetosfera – actividad sísmica – magnetosfera – ionosfera – actividad solar.

“Fuertes razones, hacen fuertes acciones.” William Shakespeare

"End of transmission"


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