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sábado, 15 de junio de 2019

NUESTRAS REALIDADES OCULTAS


"Otras realidades nos pueden llevar más allá de las fronteras del conocimiento" Alfredus del Bajo

Pensamos que vivimos en un Universo de cuatro dimensiones, tres de ellas espaciales y una temporal. Pero eso no quiere decir que sean las únicas que existen o, mejor dicho, las únicas posibles. Los físicos, en efecto, llevan ya décadas recurriendo a toda una serie de "dimensiones extra", que resultan necesarias para explicar determinados fenómenos cuánticos, o que se manifestaron cuando las condiciones del Universo eran favorables, en los primeros instantes tras el Big Bang. Por desgracia nadie, nunca, ha encontrado aún evidencias experimentales de que alguna de esas dimensiones ocultas esté teniendo algún efecto en nuestra realidad. Ahora, sin embargo, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Física Gravitacional en Postdam, ha propuesto una forma para "sacar a la luz" estas dimensiones extra. Y es que, según estos científicos, esas dimensiones deberían ser capaces de causar "ondulaciones" en nuestra realidad, modificándola imperceptiblemente a través de las ondas gravitacionales. O, dicho de otro modo, las ondas gravitacionales podrían contener la "firma" que pruebe la existencia de dimensiones ocultas. Descubrirlas allanaría el camino para resolver algunos de los mayores misterios del Universo. De hecho, algunas de las teorías que trátan de unir gravedad y Mecánica Cuántica, como la teoría de cuerdas, requieren de dimensiones adicionales para funcionar, y exigen además que la gravedad sea capaz de propagarse a través de ellas. Como se sabe, de las cuatro fuerzas fundamentales, solo la gravedad se sigue resistiendo a ser "cuantificada". Lo cual significa que no existe (o no se ha encontrado hasta ahora) una partícula subatómica que transporte la unidad mínima de gravedad. Las otras tres fuerzas (electromagnetismo y fuerzas nucleares fuerte y débil) tienen cada una una partícula asociada: Fotones, gluones y partículas W y Z. Y todas ellas han sido producidas con éxito en múltiples experimentos de laboratorio. Nadie, sin embargo, ha sido aún capaz de encontrar un "gravitón". Si hay dimensiones adicionales en el Universo las ondas gravitacionales pueden propagarse a través de ellas. Se han calculado cómo esas potenciales dimensiones extra podrían estar afectando a las ondas gravitatorias que podemos observar. Y encontraron dos peculiares efectos que nos permitirían "cazarlas": ondas extra en frecuencias muy altas, y una modificación en la forma en que las ondas gravitacionales estiran el espacio-tiempo. De hecho, según los investigadores, a medida que las ondas gravitacionales se propagan a través de una dimensión extra, deberían generar una "torre" de ondas gravitatorias extra, con una frecuencia muy alta después de una distribución regular. Por desgracia, los actuales observatorios de ondas gravitacionales no son capaces de detectarlas en frecuencias tan altas como las requeridas, y también la siguiente generación de detectores está enfocada a frecuencias más bajas. Así que aunque estas ondas estén por todas partes, nos sería muy difícil encontrarlas. El segundo efecto provocado por las dimensiones extra, sería mucho más sencillo de ver, ya que modificaría las ondas gravitacionales "normales", las que se detectan actualmente, sin necesidad de añadir señales extra. Si hay dimensiones adicionales en nuestro Universo estirarían y encogerían el espaciotiempo de una forma diferente a como lo hacen las ondas gravitacionales estandar. Esas ondas gravitacionales ocultas que modificarían nuestra realidad están presentes en la novela de ciencia ficción El ruido de un trueno de Ray Bradbury.


"End of transmission"







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