"Estar dentro de la Matrix Miraflores, ó de esta transmisión de conciencia barrial, te da una sensación de que algo está completamente bien, esa sensación mística y ese llamado es el llamado de nuestra alma tratándonos de despertar ante otra realidad que no es la que nos rodea, es la realidad de nuestra alma, de nuestro verdadero ser. Es el mismo llamado que nos hace negar al Dios definido por las instituciones religiosas de nuestra cultura, porque no concuerda con lo que nuestra Matrix nos está dictando. Para hablar en otros términos, nuestra alma es nuestra conciencia trascendente". Alfredus del Bajo
Para la física cuántica, la inverosímil conjetura comienza a ser una realidad que podría revolucionar las fronteras de la ciencia. Según una opinión difundida en el mundo científico, existiría evidencia suficiente como para sugerir que nuestra conciencia es un entramado de imágenes fantasmas, proyecciones provenientes de un nivel ubicado más allá de la realidad, el tiempo y el espacio tal como los concebimos. Quienes defienden esta idea son dos importantes pensadores contemporáneos. Uno de ellos, David Bohm, otrora discípulo dilecto de Albert Einstein, y miembro de la Universidad de Londres y uno de los más respetados nombres de la física cuántica; el otro es Karl Pribram, neurofisiólogo de la Universidad de Stanford y autor de uno de los más brillantes libros en la materia: Lenguajes del Cerebro. Ambos científicos llegaron, separadamente, a la misma conclusión: que la conciencia tendría una concepción holográfica y que el cerebro humano decodificaría la información holográfica que compone nuestra realidad. En un holograma, cada parte está en el todo y el todo está en cada parte. Sin embargo, lo más importante reside en que la parte tiene acceso al todo. Si el cerebro funcionase como un holograma, podríamos conjeturar, tendría acceso a un todo mayor, a una esfera de frecuencia holística que trascendería los límites del espacio-tiempo. El mundo que vemos y percibimos no sería otra cosa que una ilusión creada parcialmente por nuestras mentes. Debido a que nosotros, como conciencia, estaríamos conformados por una matriz holográfica, y esa matriz holográfica abarca teóricamente todo lo que existe, entonces nuestro ser se extendería verdaderamente a lo largo del espacio completo de este universo en cada momento. Según esta construcción teórica, somos la creación entera en sí misma. Tanto el océano de fluidez cuántica, como la vasta matriz holográfica geométrica en nuestro interior, serían elementos esenciales que nos proporcionarían un camino para mantenernos conectados. Cuando Max Planck recibió el Premio Nobel dijo, sacudiendo los fundamentos físicos en su tiempo: "¡No hay materia como tal! Toda materia se origina y existe sólo por virtud de una fuerza. Debemos asumir detrás de esta fuerza la existencia de una Mente inteligente y consciente. Esta Mente es la matrix de toda materia".
"End of transmission"
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