El Sol empieza a salir de su letargo. Aunque muy pocos lo hayan advertido y sus efectos no hayan tenido una repercusión en la vida cotidiana, el pasado lunes se registró la tormenta geomagnética solar más intensa desde diciembre del 2006.
«Afortunadamente, no tuvo la intensidad suficiente como para interferir los aparatos eléctricos o los satélites de navegación», según explica la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Lo ocurrido esta semana, sin embargo, es un aviso de que que el Sol, después de unos años de calma, está empezando a recobrar su máxima actividad. Sus ciclos suelen cambiar cada once años y, en el que se ha iniciado ahora, su pico máximo está previsto que se alcance en el 2012. Será entonces cuando, de acuerdo con los cálculos de la NASA que fueron avanzados el pasado año, se produzca una gran tormenta solar con capacidad para dejar la Tierra a oscuras, de interrumpir las comunicaciones y dejar mudos a los satélites. Probablemente no ocurra una debacle, pero sí habrá que estar preparados y reforzar los sistemas eléctricos donde sea necesario.
Lo ocurrido esta semana, sin embargo, es un aviso de que que el Sol, después de unos años de calma, está empezando a recobrar su máxima actividad. Sus ciclos suelen cambiar cada once años y, en el que se ha iniciado ahora, su pico máximo está previsto que se alcance en el 2012. Será entonces cuando, de acuerdo con los cálculos de la NASA que fueron avanzados el pasado año, se produzca una gran tormenta solar con capacidad para dejar la Tierra a oscuras, de interrumpir las comunicaciones y dejar mudos a los satélites. Probablemente no ocurra una debacle, pero sí habrá que estar preparados y reforzar los sistemas eléctricos donde sea necesario.
En teoría, una tormenta geomagnética de grandes proporciones puede afectar a los sistemas basados en la electricidad, como las redes de alta tensión, los gasoductos y oleoductos, los cables de telecomunicación a larga distancia, los sistemas de señalización terrestre o los de comunicaciones y navegaciones, como el GPS. La televisión, la radio y los teléfonos móviles, por tanto, también podrían dejar de funcionar.
Y que pasa con nosotros los humanos con los campos magneticos ?
Las expulsiones de masa coronal son nubes de miles de millones de toneladas de gas magnetizado caliente que explota desde el Sol a velocidades que llegan a millones de millas por hora. A veces las nubes se dirigen indirectamente a la Tierra y cuando llegan pueden ocasionar tormentas geomagnéticas. La capacidad de predecir la velocidad y la trayectoria de una expulsión de masa coronal es la clave de la previsión meteorológica espacial.
Además de las últimas investigaciones sobre la influencia del Sol en nuestro clima, hay pruebas pioneras de cómo el Sol y otros cuerpos celestes producen “partículas cargadas” e impactan en la humanidad.
Al igual que la actividad solar afecta al campo magnético de la Tierra que tiene un efecto dramático sobre el clima de la Tierra, es decir, terremotos, inundaciones, volcanes y huracanes, así ocurre con la onda de corrientes eléctricas que afectan al campo magnético del cuerpo humano.Hay un progreso poco conocido de la medicina moderna llamado Estimulación Magnética Transcraneal que proporciona pruebas empíricas de cómo influyen los campos magnéticos en las emociones humanas.
Ha comenzado el ciclo solar número 24 y las agencias espaciales NASA, NOAA y Esa han precido que será hasta un 50% más fuerte que el registro récord de su ciclo anterior, el número 23, que produjo la mayor erupción solar jamás registrada. El Sol alcanzará la cúspide máxima de su actividad a finales de 2011 a 2012. A estar preparados y no asustarse.
"End of transmission"
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