Para los lectores que quieren conocer en profundidad los misterios del universo, llega Antes del Big Bang, el libro del físico alemán Martin Bojowald quien, con menos de cuarenta años, se ha ganado el apodo de “la versión joven de Roger Penrose” (físico matemático inglés, miembro de la Royal Society de Londres, profesor de la Universidad de Oxford famoso por sus contribuciones a la relatividad general y la cosmología).¿Alguna vez te has preguntado qué ocurría antes del Big Bang? Partiendo de un nuevo modelo matemático que consigue combinar los aportes de la teoría general de la relatividad con los de la física cuántica, Martin Bojowald se dedica a rastrear el Universo en sus orígenes, previos al Big Bang. Se trata de un universo con un volumen mínimo, pero que sin embargo no es cero. Y una energía máxima, pero que sin embargo no es infinita. Un libro especialmente interesante para aquellos que se inclinan por la física tradicional, la teoría del Big Bang y la curiosidad por recorrer el Universo hasta sus confines. Antes del Big Bang resulta apropiado tanto para los especialistas en la materia como también para los curiosos, gracias a sus explicaciones sencillas.Martin Bojowald es una joven estrella de la física. En la actualidad trabaja para el Instituto para la Gravitación y el Cosmos, en la Universidad Estatal de Pensilvania, Estados Unidos. Con anterioridad, estuvo trabajando en el Instituto Max Planck, en Alemania. En su obra Antes del Big Bang ofrece a los lectores una teoría fascinante y revolucionaria, con implicaciones de largo alcance, ya sea en la ciencia como en la filosofía.
Veamos algunas implicaciones sobre este tema: La Relatividad General, que es la teoría que generalmente se usa para estudiar el origen y evolución del Universo, no proporciona respuestas a esta pregunta, pues deja de funcionar en ese régimen de altísima densidad de materia y energía que se dio al comienzo del Universo. Sus versiones cuantizadas (como la teoría cuántica de lazos) proporcionan algunas pistas sobre lo que ocurrió en ese instante o incluso antes. La ciencia avanza (es más bien un proceso que un listado de verdades absolutas) y los físicos ya se atreven a decir que quizás sí hubo un antes y a hablar de él.
Según la teoría cuántica de lazos (o LQG) el propio espacio-tiempo estaría cuantizado y formaría una "espuma" a escalas del orden de la longitud de Planck (1,6 × 10-35 metros).
El universo anterior al nuestro estaba contrayéndose hasta alcanzar una densidad tal que la espuma espacio-temporal llegó a un estado en el que el universo tuvo que rebotar produciendo lo que llamamos Big Bang.
Por tanto, según estas teorías el universo anterior habría rebotado produciendo el nuevo universo en el que vivimos.
El universo anterior al nuestro estaba contrayéndose hasta alcanzar una densidad tal que la espuma espacio-temporal llegó a un estado en el que el universo tuvo que rebotar produciendo lo que llamamos Big Bang.
Por tanto, según estas teorías el universo anterior habría rebotado produciendo el nuevo universo en el que vivimos.
Pero en los resultados anteriores (Martin Bojowald y colaboradores) se afirmaba que se habría producido una suerte de "amnesia cósmica" que borraría cualquier rastro del universo anterior, con lo que no se podía caracterizar el universo previo. Además, esto entraría en conflicto con la idea de verificabilidad experimental que toda teoría científica debe de poseer.
Esto significa que el universo "gemelo" tendría las mismas leyes físicas que el nuestro y, en particular, la misma noción del tiempo que el nuestro. Nuestro universo actual, trascurridos 13700 millones de años después del rebote, contendría por tanto las mismas propiedades que el universo previo al rebote. En cierto sentido nuestro universo tendría una imagen especular de sí mismo con un Big Bang o rebote en la línea de simetría.
En el universo previo al rebote se tendrían las mismas ecuaciones dinámicas que tenemos en el nuestro, y las mismas ecuaciones de Einstein cuando este tenía un tamaño lo suficientemente grande. El modelo de estos investigadores intenta explicar cómo se comportó cuando tenía un tamaño más pequeño, del orden de sólo 100 longitudes de Planck.
Su contenido en materia sería el mismo y tendría la misma evolución que el nuestro, pero como el universo previo estaría contrayéndose sería como si el nuestro se moviera hacia atrás en el tiempo.
La gran pregunta es saber si el universo actual conserva señales de su existencia previa al Big Bang, es decir, si hay estructuras heredadas del universo previo. Si la formación de galaxias del universo anterior fuera distinta a la de este, ¿habría dejado alguna huella en la distribución galáctica actual? Puede que se pueda contestar a esto en el futuro. Quizás los supercúmulos de galaxias del universo previo puedan inferirse en el fondo cósmico de radiación de nuestro universo actual.
Actualmente parece que su expansión está acelerándose, pero quizás una generalización del modelo prediga que recolapsará en un distante futuro. Si esto fuera así los universos rebotarían una y otra vez. Puede que incluso hayan universos en diferentes ramas y fueran idénticos.
"End of transmission"
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