El equipo responsable de los efectos visuales de la película de ciencia-ficción “Interstellar”, dirigida por Christopher Nolan, ha convertido algunas de las recreaciones visuales de ciencia-ficción en hipótesis científicamente plausibles sobre cómo se vería de cerca el entorno de un agujero negro si unos ojos humanos o una cámara se pudieran aproximar lo suficiente.
En un artículo técnico publicado en la revista académica Classical and Quantum Gravity, los autores describen el innovador código informático que emplearon para generar en la película las icónicas imágenes de un agujero de gusano, un agujero negro y varios otros objetos celestes, y explican cómo dicho código les ha llevado a nuevos descubrimientos científicos.
Utilizando este código, el citado equipo de Interstellar, que incluye a la compañía de efectos visuales Double Negative, con sede en Londres, y al célebre físico Kip Thorne, del Instituto Tecnológico de California (Caltech), un científico conocido por sus investigaciones teóricas sobre agujeros negros y túneles a través del espacio-tiempo, llegó a la conclusión de que si una cámara se pudiese acercar lo suficiente a un agujero negro girando rápidamente sobre sí mismo, la distorsión sufrida por la luz procedente del entorno cósmico tendría un patrón específico y predecible, que es el recreado en la película, y que ha sido analizado más a fondo en el trabajo científico vinculado a esta, revelando facetas de la apariencia visual de un agujero negro a corta distancia hasta ahora no tenidas en cuenta.
Diversos factores intervienen en el patrón de distorsión resultante. El factor más evidente es el hecho de que la luz que pasa lo bastante cerca del agujero negro tiende a desviarse de su trayectoria normal, atraída por el agujero negro, lo que, entre otras cosas, puede generar “espejismos” como una aparente concentración de estrellas en las inmediaciones del agujero, un efecto con el que sí se ha trabajado bastante en simulaciones previas.
Pero también se dan cita efectos análogos al responsable de las zonas más brillantes de lo normal que a veces vemos al mirar un vaso o una piscina llenos de agua e iluminados por la luz solar. Es la primera vez que los fenómenos de esta clase en las cercanías de un agujero negro se han computado con este nivel de detalle.
La propia rotación rapidísima del agujero negro, arrastrando al espacio próximo a él en un movimiento en forma de remolino, interviene en el patrón global de distorsión óptica.
Los descubrimientos sobre detalles de la apariencia visual de un agujero negro a corta distancia fueron posibles gracias al código informático del equipo, que, como estos especialistas describen, cartografió las complejas rutas de millones de rayos de luz y otros aspectos de su conducta, a medida que pasaban a través del espacio-tiempo combado de las inmediaciones del agujero negro. El código informático fue utilizado para crear imágenes del agujero de gusano y del agujero negro (Gargantúa) de la película, y su resplandeciente disco de acreción, con una nitidez y un realismo sin precedentes. Algunas de las imágenes de este disco de acreción (que es el remolino de materia atraída por el agujero y que rodea a este), visto con la exótica distorsión óptica con la que se vería uno real desde corta distancia, figuran entre las más carismáticas de la película.
Información: http://iopscience.iop.org/0264-9381/32/6/065001
Utilizando este código, el citado equipo de Interstellar, que incluye a la compañía de efectos visuales Double Negative, con sede en Londres, y al célebre físico Kip Thorne, del Instituto Tecnológico de California (Caltech), un científico conocido por sus investigaciones teóricas sobre agujeros negros y túneles a través del espacio-tiempo, llegó a la conclusión de que si una cámara se pudiese acercar lo suficiente a un agujero negro girando rápidamente sobre sí mismo, la distorsión sufrida por la luz procedente del entorno cósmico tendría un patrón específico y predecible, que es el recreado en la película, y que ha sido analizado más a fondo en el trabajo científico vinculado a esta, revelando facetas de la apariencia visual de un agujero negro a corta distancia hasta ahora no tenidas en cuenta.
Diversos factores intervienen en el patrón de distorsión resultante. El factor más evidente es el hecho de que la luz que pasa lo bastante cerca del agujero negro tiende a desviarse de su trayectoria normal, atraída por el agujero negro, lo que, entre otras cosas, puede generar “espejismos” como una aparente concentración de estrellas en las inmediaciones del agujero, un efecto con el que sí se ha trabajado bastante en simulaciones previas.
Pero también se dan cita efectos análogos al responsable de las zonas más brillantes de lo normal que a veces vemos al mirar un vaso o una piscina llenos de agua e iluminados por la luz solar. Es la primera vez que los fenómenos de esta clase en las cercanías de un agujero negro se han computado con este nivel de detalle.
La propia rotación rapidísima del agujero negro, arrastrando al espacio próximo a él en un movimiento en forma de remolino, interviene en el patrón global de distorsión óptica.
Los descubrimientos sobre detalles de la apariencia visual de un agujero negro a corta distancia fueron posibles gracias al código informático del equipo, que, como estos especialistas describen, cartografió las complejas rutas de millones de rayos de luz y otros aspectos de su conducta, a medida que pasaban a través del espacio-tiempo combado de las inmediaciones del agujero negro. El código informático fue utilizado para crear imágenes del agujero de gusano y del agujero negro (Gargantúa) de la película, y su resplandeciente disco de acreción, con una nitidez y un realismo sin precedentes. Algunas de las imágenes de este disco de acreción (que es el remolino de materia atraída por el agujero y que rodea a este), visto con la exótica distorsión óptica con la que se vería uno real desde corta distancia, figuran entre las más carismáticas de la película.
Información: http://iopscience.iop.org/0264-9381/32/6/065001
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