Parafraseando la famosa "Más allá de la cuarta dimensión", de ese grande de la ovnilogía y fenómenos anómalos, Fabio Zerpa, que allá por las décadas de los 60 y 70, supo introducir "dudas" sobre la realidad que veíamos, cabe hoy la pregunta: ¿Que hay mas allá de la dimensión Tiempo?. Tenemos un universo con más dimensiones de las que conocemos y podríamos movernos en otras direcciones e incluso tomar atajos en el tiempo. Albert Einstein y otros físicos emprendieron hace 100 años la búsqueda de las dimensiones ocultas, siguiendo sutiles pistas escondidas en la naturaleza. ¿Hacia dónde mirar si todo lo que conocemos es tridimensional? Pensaron que, tal vez, en el universo que observamos debería haber señales de la cuarta dimensión, sucesos inexplicables originados más allá de lo conocido.
Buscando esos sucesos inexplicables, estudiaron la teoría de la gravedad, de donde surgió la primera pista: curiosamente, esta fuerza es la más débil de todas las existentes. E imaginaron que la razón es que la gravedad se extiende a todas las dimensiones, las conocidas y las desconocidas. Para entenderlo, comparemos la fuerza de gravedad con un chorro de agua: si el agua cae (verticalmente) de la regadera solo por uno de sus agujeros, la presión es mayor que si sale por todos los orificios distribuidos en horizontal. Es decir, la fuerza del agua es mayor en una dimensión (vertical) que en dos (vertical y horizontal). Análogamente, la gravedad sería más débil si viviéramos en un universo con dimensiones adicionales.
Pero si hubiera una sola dimensión extra parecida a las que nos son familiares, la gravedad podría ser incluso más débil de lo que es, evitando la formación de planetas y galaxias. Nada sería igual. Quizá deberíamos concluir entonces que no existen otras dimensiones. Pero ¿y si fueran diferentes de las que nos son familiares?. Esa fue la pregunta que se hicieron el físico, matemático y políglota alemán Theodor Kaluza y el físico sueco Oskar Klein, ganador de la medalla Max Planck en 1959.
Motivados por la sospecha de que una dimensión adicional podría explicar el origen del electromagnetismo y de la gravedad, ambos condujeron a la ciencia hacia un territorio inexplorado. Para entonces, en los años 20, Einstein había descrito la gravedad como resultado de las curvas, valles y agujeros invisibles de la gran figura geométrica que forma nuestro universo. La imagen concebida por Einstein, similar a la de un enorme pantano con múltiples arenas movedizas que, aunque no se perciben a simple vista, atrapan a cualquier objeto que se acerca, permite entender por qué la Tierra está atrapada por el Sol, y la Luna por la Tierra. En ese escenario, los investigadores imaginaron que esas otras dimensiones podrían ser tan pequeñas como para escapar a cualquier detector construido por el ser humano. Una manera de apreciar cómo las dimensiones de Kaluza y Klein llegaron a ser diminutas es imaginando un origen distinto para el mundo tridimensional .
Nuestro universo podría haber sufrido una transición al principio del cosmos, hace casi 14.000 millones de años; haber tenido una o más de esas dimensiones “compactadas”. Los seres que vivimos aquí parecemos tridimensionales, pero podríamos ser cuatridimensionales, capaces incluso de entrar y salir de la cuarta dimensión.
La primera consecuencia de esta idea era natural: de haber dimensiones tan pequeñas, ante nuestros “gigantescos” ojos, la gravedad sería como la conocemos. Pero la segunda consecuencia fue una sorpresa: un universo con semejantes dimensiones debe estar poblado por pequeñísimas partículas muy pesadas, más que cualquier otra partícula conocida, que conviven con microagujeros negros. Los físicos del CERN que investigan los orígenes del Universo esperan que en 2015 puedan obtenerse, gracias al LHC, las primeras pruebas concretas de estas “dimensiones ocultas”. Los físicos del CERN creen que al analizar los datos del acelerador podrían encontrar rastros de que alguna partícula “desaparece” durante un brevísimo lapso de tiempo, para luego aparecer nuevamente. Si ello ocurre, una de las explicaciones posibles sería que la partícula en cuestión se ha “deslizado” a alguna de estas dimensiones ocultas para luego volver al universo que todos conocemos.
"Las partículas no desaparecen, simplemente cambian, y cambian, y cambian de nuevo".
"End of transmission".
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