El Dr. Pim Vam Lommel, cardiólogo y científico holandés, en su libro "Conciencia más allá de la vida" (Atalanta, 2012), analiza el funcionamiento del cerebro y los protocolos seguidos en las investigaciones de las ECM (Experiencias Cercanas a la Muerte). Rechaza, en base a experiencias comprobadas, la principal objeción que atribuye estas visiones a la falta de oxígeno en el cerebro.
La explicación presentada por el autor se basa en los estudios cada vez más avanzados de la física cuántica. Nos resulta difícil cambiar la visión del mundo que nos ha inculcado la física clásica, según la cual la realidad percibida en el mundo físico equivale a la realidad objetiva, las cosas se mueven de maneras predecibles dentro de un espacio vacío, y la interacción entre ellas tiene que producirse por un contacto directo.
Los principios de la física cuántica trastocan esta visión del mundo. La esencia de la física cuántica es el principio de incertidumbre.Predice posibilidades, no certezas.
La teoría implica que todos los sistemas materiales (partículas subatómicas, electrones…) tienen entre sus propiedades dos características opuestas, pueden manifestarse como ondas o como partículas. Sucede algo semejante a la información emitida por la radio o la televisión. Los objetos no están aquí o allí, están como ondas en todo el espacio (no están en un sitio concreto) y sólo son localizados en un punto –y su función de onda se ‘colapsa’ en un estado de partícula– cuando el receptor, un observador (el cerebro), los hace presentes. Antes de ser observada, sólo podemos calcular la probabilidad de que la partícula se encuentre en un punto dado y no podemos saber dónde terminará en realidad (Principio de incertidumbre y ondas de probabilidad). La Consciencia determina de qué modo experimentamos la realidad.
Si tomamos un átomo y lo dividimos en dos, cada parte será homóloga de la anterior y decimos que están "entrelazadas" porque en algún momento pasado han estado en contacto. Si separamos estas partes y actuamos sobre una de ellas, la otra responde instantáneamente de la misma manera. Por ejemplo si se cambia el sentido de giro de un electrón en una de las partes, cambia de la misma manera el sentido de giro del electrón de la otra parte. Cualquiera que sea la distancia a la que se separen, unos metros o cientos de kilómetros, se cumple el principio de no-localidad (no localización) o acción a distancia.
¿Cómo se explica la consciencia durante una ECM? Para Vam Lommel la Consciencia no es producida por el cerebro. “La Consciencia no puede localizarse en ningún lugar, ni siquiera en el cerebro. Es no local (es decir, está en todas partes) en forma de ondas de probabilidad. Por esta razón no puede ser demostrada ni mensurada en el mundo físico”.
El autor sostiene que nuestra Consciencia es una parte de la Consciencia universal no local; una parte en la que, como sucede en las holografías, se encuentra el todo. “Nuestro cerebro funciona como interfaz” entre nuestra Consciencia individual y la Consciencia universal no local; envía y recibe información. “La Consciencia en vigilia” funciona como corpúsculo de la Consciencia no local (que funciona como onda). En las ECM, cuando el cerebro queda inactivo, se desbloquea el interruptor de entrada y permite el paso de un estado superior de “Consciencia expandida, que atesora tanto información personal como universal”. El cerebro se comportaría como un receptor y como un transmisor de televisión; no produce la imagen sino que la recibe o la emite. “Cuando el cuerpo muere, la Consciencia no puede seguir comportándose como una partícula... por tanto existirá para siempre en forma de funciones de onda en el espacio no local”.
El autor se pregunta por el origen de esa Consciencia no local. “La esencia o fundamento de la Consciencia (protoConsciencia) probablemente descansa en el vacío o plenitud del universo, desde donde tiene una conexión no local con la Consciencia en el espacio no local (panprotopsiquismo)”.
Y reseña tres modelos (complementarios) que se han propuesto para explicar el interfaz entre la Consciencia no local y el cerebro; él se decanta por la transferencia de información recíproca mediante la coherencia cuántica del espín con la posible intervención de los fotones virtuales.
Avanzando un paso más en su explicación se pregunta: ¿cómo puede darse la continuidad de la interconexión de la Consciencia no local con un cuerpo continuamente cambiante?
El problema se plantea porque cada dos semanas todas las moléculas y átomos de las células de nuestro cuerpo son reemplazadas. ¿Cómo podemos explicar la memoria a largo plazo?
Para Vam Lommel, el ADN es el único elemento permanente de cada célula del cuerpo y debe desempeñar un rol esencial como interfaz para la continuidad de todas las funciones del cuerpo, así como para la interacción entre la Consciencia no local y el cuerpo; especialmente lo que se ha denominado como el ADN basura. También en la epigenética el principio básico es que la función del ADN viene determinada por información externa al propio ADN.
Citando a diversos físicos cuánticos el autor considera que el desarrollo del ADN en los organismos es un proceso cuántico no local, no estadístico y, como tal, incognoscible; al contrario que los procesos mecánicos, estadísticos, predecibles. El ADN funcionaría como una “antena cuántica” para recibir la información almacenada en forma de funciones de onda en el espacio no local.
Existe una Consciencia humana universal o colectiva que liga a cada ser humano con cuanto existe, ha existido o existirá y esto se produce por el ADN universal humano con código de acceso compartido (comparable al código de acceso internacional) diferente al de los animales o las plantas. La Consciencia humana compartida es similar al inconsciente colectivo de Jung. La investigación de la ECM no nos proporciona pruebas científicas de que, después de la muerte, pasemos a formar parte de la Consciencia infinita no local, pero sí ha demostrado que se puede experimentar la Consciencia independientemente del cuerpo, sin función cerebral. Esta obra de Vam Lommel puede estimular una reflexión filosófica ya que, como decía Max Born, “La física teórica es en realidad filosofía”. La física cuántica tiene un precedente filosófico en el noumenon de Kant.
La Consciencia infinita de Vam Lommel hace pensar en las ideas platónicas, expresadas en el mito de la caverna. La ciencia, tras largo y laborioso trabajo de análisis, está llegando a lo que había percibido la intuición filosófica.
“Tenemos un cuerpo, pero somos Consciencia”. Vam Lommel
"End of transmission"
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