La Agencia Espacial Europea (ESA) investiga la posibilidad de usar púlsares para un sistema de navegación cósmica que permita a naves espaciales orientarse durante viajes a gran distancia sin necesidad de depender del Control de Vuelo en la Tierra. Los científicos están desarrollando una técnica que permite una ubicación muy precisa en cualquier lugar del espacio gracias a las señales de rayos X que emiten las estrellas de neutrones, más conocidas como púlsares.
Un púlsar es una estrella de neutrones con una rapidísima rotación. El púlsar emite, desde sus polos magnéticos, ondas de radio, así como rayos X y rayos gamma. La desalineación de los polos magnéticos con el eje de rotación de la estrella de neutrones hace que los haces de radiación giren de igual modo que los focos de un faro marítimo, enviando pulsos de haces hacia los posibles observadores distantes. El período entre cada pulso se corresponde con la velocidad de rotación de la estrella de neutrones.
En algunos casos estos impulsos pueden ser muy regulares, haciéndolos fuentes adecuadas para la navegación utilizando una técnica similar al GPS, por lo que se transformarían en verdaderas balizas espaciales.
Así, han señalado que esta capacidad de ajuste es perfecta para la navegación interestelar ya que, si una nave llevara los medios para detectar las pulsaciones, podría comparar sus tiempos de llegada con los tiempos previstos en una localización de referencia. "Esto permitiría a la nave determinar su posición con una exactitud de un radio de cinco kilómetros en cualquier lugar de la galaxia",
Concretamente, la técnica propuesta es muy similar a la utilizada para el popular sistema de GPS, que emite señales de localización al usuario desde una constelación de satélites en órbita. La diferencia es que el GPS sólo funciona en la Tierra o justo sobre ella, así que no tiene ningún uso en el resto del cosmos.
Para lograr llevar este sistema de navegación por haces de luz, los científicos deberán reducir la tecnología de Rayos X que existe actualmente en los telescopios (que es voluminosa y pesada) para convertirla en una unidad de navegación pulsar práctica. Los científicos han apuntado que ésto podría lograrse con el desarrollo de espejos ligeros de rayos X.
Actualmente, la navegación de las sondas espaciales se basa en transmisiones de radio entre la nave distante y una red de estaciones en la Tierra. Esto significa que la nave tiene que esperar una instrucción de la Tierra para guiarla a través del espacio y, a grandes distancias, esto puede tomar horas, días o incluso más. Este tiempo de retardo afecta a la capacidad de la nave para reaccionar con rapidez. Además, la infraestructura en la Tierra se vuelve más difícil y más cara cuanto mayor sea la lejanía de la nave, debido sobre todo al tamaño de las antenas de radio necesarias para las comunicaciones con el vehículo distante.
El Laboratorio Nacional de Física y la Universidad de Leicester, ambas instituciones en el Reino Unido, utilizarán su experiencia en astronomía de rayos X para el diseño del dispositivo, y desarrollarán los algoritmos de sincronización y navegación para determinar la exactitud potencial de esta técnica.
Cuando estemos en condiciones de hacer viajes interestelares, contaremos con un sistema de navegación seguro para encontrar nuestro destino en el Cosmos.
"El dominio del espacio por el hombre es la mayor aventura y la más inspiradora empresa". Wernher von Braun
"End of transmission".
No hay comentarios:
Publicar un comentario