domingo, 5 de abril de 2020

LA CAJA DE PANDORA CHINA


"Una caja llena de fluidos, al destaparla, la voz largamente muda de Oriente, estaba abriendo una puerta que quizá debería haber permanecido cerrada". Alfredus del Bajo

La alarma generada por el coronavirus viene dada por su rápida expansión y la incertidumbre sobre ella. Se calcula que por cada infectado al menos hay dos ó mas contagiados, lo cual es una tasa elevada. Para todos es claro que la pandemia ya es mundial. Las restricciones al transporte de viajeros y el pánico generado frenarán y enlentecerán su expansión, permitiendo conocerla mejor, avanzar con las vacunas y preparar los sistemas sanitarios. En la parte negativa están el inesperado nuevo gasto sanitario, que puede conducir a una menor inversión en otras enfermedades, y el estrés ocasionado en las personas, lo que puede tener consecuencias indirectas negativas. Sin embargo, si controlar la enfermedad es importante, también lo es, y mucho, aprender y corregir las causas. El origen está en la mutación de un virus de transmisión animal, en este caso probablemente murciélagos, que ya previamente fue origen de otra infección respiratoria grave, el SARS. Pero tenemos más casos de enfermedades virales con un origen animal: gripe aviar, VIH, ébola, fiebres hemorrágicas, etc. Es decir, zoonosis, malas condiciones de higiene y sanitarias, junto a sobrepoblación o hacinamiento. En el caso de este coronavirus es claro que existe un foco principal, la región de Wuhan, de hecho la mitad de afectados en China vivían en esta zona, y de los que no vivían, dos terceras partes habían contactado con residentes en Wuhan. Esta infección es 'made in China', como también lo fueron otras recientes. En China se dan todas las condiciones para el desarrollo de nuevas enfermedades, y además que estas se trasmitan rápidamente tanto dentro de la propia China sobrepoblada como hacia otros países a través de los múltiples canales de comunicación económica. La principal víctima, Italia, sumergida en el pánico y en cuarentena virtual, con numerosas pérdidas económicas, y ahora tambien lo es Estados Unidos, España y el Reino Unido. Así, China pasa de ser un problema medioambiental y económico para el mundo –que ya lo era– a convertirse también en un problema sanitario: de ser una amenaza económica, a serlo también sanitaria. En un mundo donde convivimos más de 7.500 millones de personas, hemos construido –y esto es lo importante– lugares muy diferentes en comportamientos, población, condiciones medioambientales, de higiene y salud. Se están dando las condiciones perfectas para que se generen nuevas enfermedades. Y sobre ello, un nuevo riesgo, la facilidad para desplazarnos entre lugares y países. Lo que parece una ventaja se convierte en una vulnerabilidad que puede terminar de abrir una caja de pandora 'made in China'.


"End of transmission".




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