lunes, 15 de julio de 2019

ESTAMOS HECHOS DE ALGO QUE NO SOMOS


"El tiempo es la partícula que forma la eternidad". Alfredus del Bajo

La física cuántica desafía al “sentido común”, pero los resultados de sus experimentos resultan incontrovertibles. Y no es únicamente que desafíe al sentido común, sino que modifica radicalmente nuestro modo de percibir la realidad. Seguimos observando las cosas desde la perspectiva de la física clásica o newtoniana. El día en que los logros de la física cuántica sean integrados en nuestra conciencia colectiva, formando parte de la “cultura cotidiana”, nuestro modo de ver y de pensar quedará radicalmente transformado. En el momento presente, persiste la paradoja de que, mientras la física clásica puede dar razón del funcionamiento de las realidades “grandes”, es incapaz de hacerlo con las “pequeñas” (subatómicas). Por el contrario, la física cuántica obtiene certezas en el mundo de lo “pequeño” que echan por tierra lo que creíamos “sentido común”, pero no explica el mundo de lo “grande”. En cualquier caso, resulta muy significativa la “convergencia” entre saberes provenientes de campos tan dispares como la mística, la física, la biología y la psicología. Sin embargo, es así. Las conclusiones a las que arribamos desde esas perspectivas resultan significativamente coherentes. Y si no es así piensen en esto: Aunque la realidad está hecha de partículas, las partículas no se comportan como la realidad. Traspasada la frontera del átomo, se entra en un universo completamente ajeno a las leyes de la física. Allí el tiempo no es el tiempo, la luz no es la luz, el espacio no es el espacio y las cosas no son lo que son. Hay partículas que se encuentran en dos lugares a la vez y partículas que están y no están de forma simultánea (en este nivel, el ser y no ser sustituye al célebre ser o no ser). Hay también partículas que llegan a su destino antes de haber salido de su origen y partículas que a ratos funcionan como materia y a ratos como energía. Por supuesto, olvídense ustedes de conceptos tan importantes como la causa y el efecto, el arriba y el abajo, la derecha y la izquierda. Estamos hechos de cosas que no somos, lo que, aparte de un misterio, es una limitación que nos impide dormir en el hotel y en casa al mismo tiempo. Y si somos Fulano de Tal no podemos ser Mengano de Cual. Mientras tanto, los electrones y demás duendes subatómicos hacen diabluras en el interior de nuestros átomos. Parece mentira que seamos tan aburridos por fuera y tan divertidos por dentro. Y es que el día que aprendamos por fin como manda la física cuántica en el nivel subatómico nos importarán un bledo las cosas por las que ahora nos preocupamos.


"End of transmission"







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