lunes, 10 de mayo de 2010

RAYOS COSMICOS:SUS CONSECUENCIAS

Como muchas veces lo ha hecho, la ciencia ficcion adelanta temas. En este caso en la serie "Los 4 fantasticos" veiamos como obtenian superpoderes una vez "bañados" en rayos cosmicos.
Sabemos que no dan poderes pero si que provocan mutaciones en los genes.

Existen serias evidencias de que los rayos cósmicos pueden tener incidencia en la vida y clima de la Tierra, y que también podrían propiciar mutaciones en los organismos.

Cuando el Sol está activo la Tierra recibe pocas emanaciones y cuando está quieto aumentan. Son partículas cargadas que ionizan a la atmósfera, y los iones en ella son nucleadores de nubes ( el satelite de la NASA STEREO, esta estudiando el caso, ver video adjunto).

De esa forma, si se modifica la cantidad de estas últimas en el ambiente puede incrementarse o disminuir la nubosidad, lo cual altera el calor. Esa "es una posibilidad por medio de la cual los rayos cósmicos podrían afectar al clima y la tecnología.

Es un mecanismo mediante el cual se podría perturbar directamente a los seres humanos. Hay otros que tienen que ver con embolias o ataques al corazón, pero aún no están bien determinados. Sin embargo, estos sí pueden incidir sobre la vida y clima de la Tierra.

Las radiaciones cósmicas de baja energía sirven para estudiar el Sol. Cuando hay grandes explosiones, que se pueden detectar por estas emanaciones, suceden diversos acontecimientos en la Tierra, como perturbaciones en las comunicaciones en celulares y de radio en general, que se deben, generalmente, a esos estallidos.
Lo primero que plantean al ser humano es una gran incógnita, sobre cómo es posible que haya partículas de esa energía que lleguen desde tiempos inmemoriales y que sigan haciéndolo todo el tiempo.

Al decir que el campo magnético es como una coraza contra los rayos cósmicos, apunto que "hay indicios serios de que algunas mutaciones se pueden generar por ellos". Empero, son la única información material del universo, al ser partículas elementales. Más de 90 por ciento son núcleos de hidrógeno o protones.
Además, hay pruebas de que este bombardeo viene desde hace decenas de miles de años, quizá desde el nacimiento del Sol, y ademas provienen de objetos astrofísicos desde el origen del cosmos.

El Sol, como cualquier estrella normal que cohabita en el universo, no sólo irradia su luz, sino que también emite una gama de radiaciones a las cuales llamamos «rayos cósmicos solares» o «partículas energéticas solares».

Los rayos cósmicos –que fundamentalmente son partículas– comportan una variedad de formas, de tamaños, de velocidades, y de energías. El más energético, llamado «rayo cósmico de ultra alta energía», se mueve casi a la velocidad de la luz y tiene más energía que una pelota de fútbol en juego. Pero, además, toda esa tremenda energía proviene de una partícula que tiene un tamaño atómico. Por otra parte, la rapidez con que se mueven esas partículas sea, quizás, la causa por la cual su origen siga siendo un misterio importante en la astrofísica.

Los rayos cósmicos son esencialmente partículas de una extrema rapidez en sus movimientos en el espacio. Una gran parte de ellas toman la forma de electrones, de protones, de neutrinos, o de núcleos atómicos (átomos sin los electrones) por ejemplo el carbón o el hierro.
En gran medida, los rayos cósmicos más comunes tienen bajas energías, y son generados por el Sol.

El Sol al margen de las emisiones electromagnéticas que continuamente nos llegan a la Tierra en tipo de luz, también emite partículas, algunas en forma continua –lo que se ha llamado el «viento solar»– y otras formas esporádicas y explosivas; estas últimas son las partículas energéticas solares o rayos cósmicos solares. Estas partículas son generadas en los sucesos de llamaradas solares, en eyecciones emitidas por la corona, u otros acontecimientos que suelen suceder en el mismo.

El Sol es la mayor fuente energética del sistema solar. Su energía la libera, como ya lo hemos mencionado, a través de dos formas de radiación: la electromagnética y los rayos cósmicos solares. A través de la radiación electromagnética irradia la luz que baña constantemente a la Tierra proporcionándole un flujo de energía de 1.367 W/m², la que se conoce como «la constante solar». Esta luz solar proviene esencialmente de la fotosfera, cuya estructura, observada con instrumentos sencillos aparece formada de gránulos brillantes, distribuidos por zonas oscuras (granulares), con dimensiones del orden de 100 Km. de diámetro, en un perpetuo movimiento turbulento, hasta el punto de que un gránulo posee una vida media de varios minutos.

El espesor de la fotosfera del Sol es del orden de unos 400 Km, lo que implica que, a causa de la elevada opacidad de los gases ionizados que comporta el astro, la radiación emitida por las capas inferiores a 400 Km. es completamente absorbida por las capas más próximas y, por tanto, no es observable. Sin embargo, la fuerza de la emisión solar es tal que en la Tierra se perciben aún 2 cal/min/cm².

En general, los rayos cósmicos que llegan hacia el sistema solar son afectados por el campo magnético interplanetario alojado en el viento solar y, por consiguiente, tienen dificultades para alcanzar las zonas interiores del sistema planetario. Naves espaciales que se han aventurado en viajes hasta los límites del sistema solar han detectado que la intensidad de los rayos cósmicos galáctico se incrementa con la distancia al Sol. También se ha podido observar que mientras la actividad solar varía en los ciclos solares de once años, la intensidad de los rayos cósmicos que llegan a la Tierra sufre importantes variaciones, en correlación con el número de manchas solares.

"Cada día sabemos más y entendemos menos" Albert Einstein.


"End of transmission"




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