miércoles, 5 de diciembre de 2012

AUTOPISTA A LAS ESTRELLAS


El Jet Propulsion Laboratory (JPL) ha indicado que la zona en la que ha penetrado el Voyager 1 es como una "autopista magnética" para las partículas cargadas, debido a que las líneas del campo magnético del Sol están conectadas con las líneas del campo magnético interestelar.
La conexión en cuestión permite que las partículas cargadas con baja energía que se originan dentro de nuestra heliósfera salgan al espacio interestelar, y que las partículas con alta energía del espacio interestelar entren en nuestro Sistema Solar.
"Aunque la Voyager-1 se encuentra todavía en el ambiente del Sol, ahora se puede ver también el ambiente del exterior, pues las partículas entran y salen de esta autopista magnética" ha explicado el científico principal del proyecto, Edward Stone. El experto, ha señalado que la nave abandonará el Sistema Solar "en un par de meses" o "en un par de años". 


Anteriormente, la NASA calificó el viaje de la Voyager 1 más allá del Sistema Solar como "el logro más importante en la exploración espacial", ya que cuando salga fuera, los científicos podrán ver el umbral de una nueva era de estudios interestelares.
La Voyager-1 es una de las misiones más exitosas de la NASA. La sonda y su hermana gemela, la Voyager-2, fueron lanzadas en 1977 con el objetivo de explorar los planetas Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Una vez cumplida esta tarea en 1989, los ingenios pusieron rumbo más allá del Sistema Solar, en dirección al centro de la Vía Láctea. La vida útil de las sondas concluye en 2025.
El nombre de "autopista magnética" responde al hecho de que allí, a 18.500 millones de km. de la Tierra, las líneas del campo magnético del Sol se conectan con las que proceden de otras estrellas. Y es precisamente esa "conexión" la que permite a las partículas solares de la heliosfera (la "burbuja" de partículas cargadas que emite el Sol en todas direcciones y que envuelve todo el Sistema Solar) abandonar definitivamente nuestro sistema planetario.
De hecho, justo antes de entrar en esta región extrema, las partículas rebotan en todas direcciones siguiendo las líneas del campo magnético del propio Sol. Unas líneas "internas" que no les permiten abandonar la heliosfera. La nueva región es, pues, el último "obstáculo fronterizo" antes de salir definitivamente de los dominios de nuestra estrella particular.


Estos resultados acaban de ser anunciados en el transcurso de la reunión de la Unión Geofísica Americana (AGU) que se celebra estos días en San Francisco. "Si sólo nos fijáramos en los datos de las partículas -afirma Stamatios Krimigis, investigador principal del instrumento LECP (Low-Energy Charged Particle) podríamos pensar que estamos ya fuera de la heliosfera. De hecho, nuestro instrumento ha visto cómo estas partículas de baja energía toman esta rampa de salida hacia el espacio interestelar".
Sin embargo, continúa el científico, "necesitamos entender lo que los instrumentos nos están diciendo y solo el tiempo podrá confirmar si nuestras interpretaciones sobre esta frontera son correctas. Una cosa sí que es segura: ninguno de nuestros modelos teóricos predice ninguna de las observaciones realizadas por la Voyager durante los últimos diez años, por lo que no tenemos ninguna guía que nos diga lo que podemos esperar".

"Las grandes obras son hechas no con la fuerza, sino con la perseverancia". Samuel Johnson
"End of transmission"




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