miércoles, 7 de septiembre de 2011

APOLLO 18, OTRA ODISEA ESPACIAL ?

Según se comenta en el tráiler de Apollo 18, recientemente estrenada aqui en Buenos Aires, la misión del Apollo 17 fue la última que se envió a la Luna en 1972 reportada al público, pero nuevos datos, con los que se realizó esta película dirigida por Gonzalo López-Gallego, indican que también se envió esta otra misión que no terminó nada bien.
Las imágenes hablan por sí solas, y en ellas se ve cómo los tripulantes del Apollo 18 viven momentos de terror y angustia. En parte, el guión se escribió con datos filtrados del Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, que fue quien financió esa misión en 1972.
La película ha despertado tanta expectación que la mismísima NASA ha preferido curarse en salud y separar tajantemente entre ciencia y ficción.
La película, muestra al público las imágenes grabadas por una expedición secreta de la NASA que viajó a la Luna en 1974. Lo que los dos astronautas encontraron allí fue tan aterrador que el Gobierno estadounidense canceló el programa Apollo y decidió no volver nunca más a pisar el satélite.

En un principio, la agencia espacial estadounidense estuvo implicada en el proyecto y asesoró a los guionistas Brian Miller y Cory Goodman. Nada raro ya que, según informa el periódico Los Angeles Times, tan solo en el último año, la NASA colaboro en la elaboración de cerca de 100 documentales, 35 programas de televisión y 16 películas.
Pero al ver hacia donde se encamina la historia y el tratamiento que se dará a la información sobre las expediciones a la Luna, la agencia ha decidido desmarcarse totalmente y lanzar un aviso contundente: "Apollo 18 no es un documental".

El encargado de poner tierra de por medio entre la ciencia y la ficción ha sido Bert Ulrich, el enlace de la NASA con la industria del entretimiento. "La película es una obra de ficción, siempre lo supimos. Estuvimos involucrados mínimamente en esta película pero nunca vimos una primera versión", señala Ulrich que subraya que "la idea de retratar la misión Apollo 18 como auténtica no es más que una estratagema de marketing".
El portavoz de la NASA ,en todo caso, apunta que la colaboración con la industria para elaborar películas, series y documentales es vital ya que "es una maravillosa manera de llegar al público a través de estos grandes medios de comunicación".
Además, Ulrich confía en que este tipo de productos -realizados con rigor y coherencia- "puede inspirar a la gente de una manera interesante y puede instruir al público acerca de lo que es exploración del espacio". "Lo importante es no engañar al público" .

Aprovechando estos debates sobre misiones Apollo, informamos que la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter (LRO), de la NASA, ha localizado y fotografiado con una claridad nunca vista los restos de las misiones tripuladas Apolo 12, 14 y 17 en la superficie de la Luna. En las imágenes, seis en total, se pueden observar los módulos de aterrizaje e incluso, aunque con algunas dificultades, los restos dejados por las pisadas de los astronautas, los vehículos de transporte, diversos instrumentos científicos y... ¡una bandera!

Las imágenes, que fueron hechas entre los días 14 y el 19 de agosto, son de una extrema complejidad si se tiene en cuenta que la LRO orbitaba a una distancia mínima de 21 kilómetros de altura y que los objetos fotografiados de mayor tamaño, que son los módulos de descenso de los astronautas, apenas miden tres metros de largo.
La ausencia de atmósfera -o, más exactamente, la insignificante atmósfera lunar- impide la existencia de viento, frena la erosión y ofrece resultados extraordinarios. En el caso de las fotos del Apolo 17 se distingue el doble surco trazado por las ruedas del pequeño rover, el vehículo empleado por los astronautas para desplazarse por la superficie lunar. También se ven, según la NASA, los caminos creados por las pisadas de los astronautas cuando desembarcaron de sus módulos.

La Apolo 12 (1969) fue la segunda nave tripulada que se posó en la Luna, tras la legendaria Apolo 11, que había alunizado meses antes. Luego vendrían la 14 y la 15, ambas en 1971, y la 16 y la 17, ya en 1972. Desde que el comandante de la Apolo 17, Eugene Cernan, volvió al módulo de regreso, no se ha vuelto al satélite.

"Las nuevas imágenes captadas a baja altitud con la cámara angular profundizan nuestra visión de la superficie de la Luna”, ha explicado Mark Robinson, investigador de la Universidad Estatal de Arizona y principal investigador de la LRO. "Un gran ejemplo es la nitidez de las huellas del rover. En las imágenes anteriores eran visibles, pero ahora están marcadas las dos líneas paralelas en la superficie".

La alta resolución de las imágenes ha sido posible debido a uno ajustes realizados en la órbita de la LRO. La sonda orbita normalmente a unos 50 kilómetros sobre la superficie lunar, pero se ajustó para que pudiera acercarse a solo 21 durante 28 días. Ello permitió una cobertura total de la Luna con la cámara de gran angular LROC. La resolución es de unos 50 centímetros por píxel.

También se ha localizado una estación científica instalada para analizar el ambiente lunar, llamada en siglas ALSEP. Con la estación, que pesaba unos 80 kilos y llevaba en su interior varios instrumentos, se consiguieron por primera vez datos de la estructura interna del satélite y la composición de la atmósfera. Finalmente, concluye la NASA en un comunicado, otro de los detalles que se pueden apreciar son los cables que van desde la estación central ALSEP de la Apolo 12 a dos de sus instrumentos. A pesar de ser demasiado pequeños como para poder ser apreciados, se observan porque reflejan muy bien la luz.

"Todo poder es una conspiración permanente".

"End of transmission"



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