lunes, 3 de mayo de 2010

ERA ANTROPOCENA Y ACTIVIDAD SOLAR

Un grupo de científicos, incluyendo un ganador del Premio Nobel, sugiere que la Tierra ha entrado en una nueva era geológica: La Era Antropocena. Y estos expertos creen también que en los albores de esta nueva época puede estar produciéndose la sexta mayor extinción en la historia de la Tierra.
Segun Scitech News, los geólogos Jan Zalasiewicz y Mark Williams de la Universidad de Leicester; Reino Unido, Will Steffen, director del Instituto de Cambio climático de la Universidad Nacional Australiana, y Paul Crutzen, químico atmosférico de la Universidad de Maguncia, Alemania, ganador del Premio Nobel, aportan sus evidencias para estas conclusiones sobre el cambio climático global.Estos científicos proponen que, en apenas dos siglos, los humanos le hemos hecho cambios tan inmensos e inauditos a nuestro mundo que podríamos estar estableciendo un nuevo período geológico, y alterando el planeta para los próximos millones de años.

Zalasiewicz, Williams, Steffen y Crutzen afirman que la actividad humana reciente, incluyendo el colosal crecimiento demográfico, las megaciudades con crecimiento acelerado y el inmenso uso de los combustibles fósiles, han cambiado el planeta en tal magnitud que ahora estamos entrando en lo que han dado en llamar la Era Antropocena.Propuesto por vez primera hace más de una década por Crutzen, el término Antropoceno ha provocado controversias.

Sin embargo, a medida que han crecido en número y magnitud las evidencias sobre las consecuencias potenciales de la actividad humana, como el cambio climático global y los marcados aumentos en las extinciones de vegetales y animales, el término de Crutzen ha ganado apoyo.Ahora mismo, la comunidad geológica mundial está considerando formalmente si el Antropoceno debe unirse al Jurásico, el Cámbrico y otros periodos geológicos que nos son familiares.Estos científicos advierten que el camino para lograr esa designación formal probablemente estará lleno de fuertes debates con quienes tienen criterios opuestos al suyo, y que por ende habrá mucha polémica.

Pero recalcan que, nos guste o no, el Antropoceno representa una nueva fase tanto en la historia de la humanidad como en la de la Tierra, un periodo en el que el conjunto de las fuerzas naturales y el de las humanas se han entrelazado, de modo tal que el destino de uno determina el destino del otro. Geológicamente, éste es un episodio muy notable en la historia de nuestro planeta.

Fuerzas Naturales: Como juega el papel de la Actividad Solar en el Antropoceno ?

Un fenómeno de marcada importancia que podría sumarse al efecto invernadero adicional creado por el hombre, es decir, pueda ser causa de parte del calentamiento global, es el del efecto que pueda tener la actividad solar sobre la temperatura global media terrestre. Las manchas solares son zonas oscuras y relativamente más frías de la superficie del Sol.

Corresponden a zonas en que fuertes campos magnéticos retienen temporalmente el calor que fluye del interior del Sol hacia la fotosfera. Emiten menos energía de la normal, pero las áreas que las rodean, las fáculas solares, aparecen, por el contrario, más brillantes. De esta forma, resulta que, en su conjunto, el Sol emite más energía cuantas más manchas solares haya en un momento determinado.

Existe una clara relación entre el número variable de manchas solares y la intensidad del flujo de radiación solar que incide en la Tierra.En la actualidad ese flujo es de unos 1.370 W/m2 en un plano de intercepción perpendicular situado en el tope superior de la atmósfera terrestre ("insolación solar total", también llamada tradicionalmente "constante solar"). Y oscila aproximadamente en 1,2 W/m2 entre el máximo y el mínimo del ciclo.

La radiación solar incidente en la Tierra ha cambiado ligeramente a lo largo del último milenio. Según la evolución del número de manchas solares y de la actividad solar, han existido diversos períodos excepcionales de debilidad. Son los períodos de Wolf (hacia el año 1300), Sporer (hacia el año 1500), Maunder (entre 1645 y 1715) y Dalton (hacia 1800). Probablemente fueron precedidos por un período de máxima actividad solar, el Máximo Solar Medieval (entre el 1100 y el 1250), semejante para algunos autores a un Máximo Solar Contemporáneo.
De los períodos citados, el más anómalo y mejor conocido es el ocurrido entre 1645 y 1715, llamado Mínimo de Maunder.

Aquellos años coincidieron, por lo menos en Europa, con algunos inviernos muy crudos, como el de 1694-1695, durante el cual, según tres diferentes escritores de diarios particulares, el Támesis permaneció helado durante varias semanas. Se ha calculado que la "constante solar" durante el Mínimo de Maunder era unos 3,5 W/m2 menor que la actual, es decir, un 0,24 % más baja. El enfriamiento global provocado por esta disminución de insolación, sería en la superficie terrestre de entre 0,2 y 0,6 ºC. Pero en algunas regiones el enfriamiento parece que fue mayor: entre 1 ºC y 2 ºC.

Las pequeñas variaciones en la radiación debido al ciclo solar de 11 años tienen efectos sobre la temperatura de la atmósfera. Se estima que la variación de la irradiación solar a lo largo del ciclo de 11 años es de 0,1%. En el siglo XVIII hubo un período de varias décadas durante las cuales la irradiación solar fue entre 0,2 a 0,3% menor de lo que es en la actualidad. Esto se tradujo en un descenso de la temperatura terrestre significativo y apreciable. En el momento actual se están comenzando a tener en cuenta el efecto de la radiación solar sobre la temperatura media terrestre, a través de estudios más profundos sobre este importante fenómeno, incorporándolo como otra variable al estudio de las causas del calentamiento global.
Según un estudio reciente realizado por científicos de la NASA, la cantidad de radiación que emite el Sol durante los momentos de baja actividad se incrementó desde los años 70 en casi un 0,05 por ciento por década. Dichos científicos auguraron que la Tierra podría afrontar un sustancial cambio climático de continuar esta tendencia. "Estos resultados no son sorpresivos, ya que los registros históricos indican que la radiación solar se ha incrementado desde finales del siglo XIX", explicó Richard Willson, del Goddard Institute for Space Studies y de la Columbia University, en un artículo presentado en la página de Internet del Goddard Space Flight Center (GSFC) de la NASA.
"Si una tendencia comparable a la mencionada en el estudio hubiera estado presente durante todo el siglo XX, sería un componente significativo en el calentamiento global, ya sugerido en otros informes que se produjeron durante los últimos 100 años", puntualizó el científico. La diferencia encontrada en la radiación solar durante los últimos 24 años "fue del 0,1 por ciento. Ello no es suficiente para causar un notable cambio climático, pero sí lo sería si la tendencia se prolongara durante un siglo o más. Fue necesario un período de un cuarto de siglo de observaciones satelitales para poder detectar con precisión este efecto", afirma Willson.
Pero Claudio Chiuderi, especialista en la actividad solar y director del Departamento de Astronomía y Ciencia Espacial de la Universidad de Firenze, es algo más cauteloso al afirmar que: "Los ritmos vitales de nuestra estrella son complejos. Es evidente que se pueden verificar variaciones, y luego ver tornar todo a la normalidad. Antes de aceptar la investigación americana son necesarios períodos de observación todavía más largos. Son pocos decenios para intentar descifrar los misterios del Sol. Y muchos de ellos aún se mantienen."

El grafico de arriba muestra a la radiación solar en el tope de la atmósfera ("constante solar") medida por satélites en watios por metro cuadrado.
Se observa un leve aumento en los mínimos. La "radiación solar total", o "constante solar", es la intensidad del flujo de radiación solar que incide verticalmente en el plano circular de intercepción situado en el tope superior de la atmósfera terrestre. En la actualidad ese flujo, cercano a los 1.370 w/m2 oscila aproximadamente en 1,2 w/m2 entre el máximo y el mínimo del ciclo.
La "insolación solar total" se reparte por la superficie esférica de la Tierra, que es cuatro veces el área del círculo de intercepción, por lo que el flujo medio incidente en el tope de la atmósfera es un cuarto de la constante solar, es decir, unos 342 w/m2 y que queda reducida en superficie (por reflexión y absorción) a unos 170 w/m2 (8d).


Albedo terrestre:

El albedo se mide en cantidades que van desde cero (cero radiación reflejada) a uno (máximo de radiación reflejada por un cuerpo). El albedo del Sol por ejemplo es cero, el de la luna es de 0,07 es decir que refleja sólo un 7% de la energía que recibe del Sol. Ahora bien, las superficies blancas de la Tierra reflejan entre un 80 a 90% de la radiación que llega del Sol, mientras que el restante 10 a 20% es reflejado por el resto de la superficie terrestre.

El grado de albedo terrestre, es pues el principal responsable de la reflexión de la energía que llega del Sol. Por ende, la mengua de las superficies blancas del planeta determinarían una menor cantidad de reflexión y una mayor absorción de calor por el planeta, modificándose el albedo sensiblemente, incrementando aún más la temperatura global. Se estima que por efecto del calentamiento global y su influencia sobre la merma de las superficies blancas, el albedo terrestre podría estar comenzando a modificarse.

“Nadie deja de sufrir las consecuencias de cada cosa que sucede bajo el sol.” De EL ALQUIMISTA, de PAULO COELHO

"End of transmission"


3 comentarios:

  1. pendejos todos vamos a morir ja ja jaaaaaaaaaaa

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  2. Me gustaria que el Anonimo se riera cuando la muerte lo vaya a buscar, esa es una muy buena filosofia de vida.

    Ni el sol ni la muerte se pueden mirar fijamente.
    La Rochefoucauld

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  3. esta en ingles el video ! plop
    no entiendo ...
    y no me digan k estudie ingles x k es de lokos

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