jueves, 29 de abril de 2010

NEUTRINOS SOLARES


Es posible observar otra radiación procedente de las estrellas: los neutrinos. Estas pequeñas partículas, sin carga y mucho más livianas que los electrones, se producen en las reacciones nucleares que ocurren en el corazón de las estrellas. El neutrino fue predicho por W. Pauli y E. Fermi en 1930 para explicar ciertas propiedades de la radiactividad, pero su existencia fue confirmada experimentalmente recién en 1958. Su característica más importante es poder atravesar enormes cantidades de materia sin sufrir interacciones, recorriendo así todo el espesor de la estrella sin aminorar su velocidad ni ser difundidos como ocurre con los fotones de la radiación óptica. Si se los puede observar, contemplaremos directamente lo que sucede en la región central de la estrella. Los neutrinos desempeñarán, entonces, un papel análogo al de los rayos x, que permiten ver el interior de un ser vivo.

Si bien el Sol pierde energía emitiendo neutrinos (se estima que un 3% de su energía se emite de esta forma), la escasez de interacciones con la materia implica también una desventaja: del flujo de neutrinos que atraviesa un detector, sólo una fracción muy pequeña interactuará con él y podrá ser develada. Este fenómeno obliga, por lo tanto, a utilizar detectores enormes y sólo se pueden registrar, incluso en las mejores condiciones, flujos de neutrinos muy intensos. En la práctica con esta técnica sólo podemos observar el Sol, pues las demás estrellas, demasiado alejadas, dan lugar a flujos de neutrinos muy débiles.

Los resultados de los experimentos de detección de neutrinos solares han conmovido los cimientos de la astrofísica, pues el flujo observado es dos veces más pequeño que el predicho por la teoría. Los modelos del interior solar pasan todas las pruebas a que han sido sometidos y durante 20 años los científicos no han logrado elaborar una alternativa factible. Es decir que no parece posible modificar las predicciones teóricas. La hipótesis más interesante es que los detectores sólo reaccionan ante un tipo de neutrinos, el llamado neutrino-electrón.

Sin embargo existen otros dos tipos: el neutrinomuón y el neutrino-tauón. Los neutrinos solares, que viajan a la velocidad de la luz, tardan 8 minutos en llegar a la Tierra. Si en ese lapso los neutrinos-electrones se convirtieran en muones o tauones no podrían ser detectados. Esto significaría que los neutrinos deberían tener una pequeña masa, diferente para cada tipo, lo que a su vez tendría consecuencias importantes para los modelos sobre el origen y evolución del universo.

La emisión del sol no es totalmente constante. Ni lo es la cantidad de manchas solares. Hubo un periodo de muy baja aparición de manchas durante la segunda mitad del siglo 17 llamado El mínimo de Maunder. Coincidió con un periodo inusualmente frío en el norte de Europa que a veces se denomina la pequeña edad del hielo. Desde la formación del sistema solar la emisión solar se ha incrementado en un 40%. La energía de reserva del Sol y su emisión, no se puede medir ni comprender..., porque no podemos contabilizar su energía virtual, oscura y/o neutrinica ni la emisión de las mismas.

No basta con comprender y cuantificar la energía fotónica solar. Según los modelos solares se deberían recibir el triple de neutrinos que se detectan.
Esto es conocido como el problema de los neutrinos solares : El ruso Vladimir Gribov, en 1968, justo después de conocerse los resultados del experimento de Homestake, propuso una elegante solución al problema de los neutrinos solares que consistía en la transmutación del electrón-neutrino en otro tipo de neutrino más difícil de detectar. Según esta hipótesis la fracción del flujo de neutrinos no observados es de sabor o, resultantes de la transmutación, que no son vistos por los detectores.

Las más importantes conversiones protón-neutrón son las relacionadas con las reacciones nucleares que se desarrollan en el Sol y en los astros. Por consiguiente, las estrellas emiten radiaciones rápidas de neutrinos, y se calcula que tal vez pierdan a causa de éstos el 6 u 8 % de su energía.

Pero según se calcula, cuando se alcanza la temperatura central de unos 6.000.000.000 ºC, casi toda la energía del astro se deposita en los neutrinos. Estos parten al instante, llevándose consigo la energía, y el centro solar se enfría de un modo drástico. Tal vez sea esto lo que determine la catastrófica contracción, que luego se manifiesta en forma de una supernova.

Es posible que más del 99% de la masa del Universo estaría compuesta por neutrinos. El Sol tiene pues una energía fundamental, un depósito o fuente desconocida que “desapercibida” irradia también hacia la tierra y por tanto influye en el clima sin que comprendamos su mecanismo de acción e influencia sobre el clima. No sabemos el efecto que causa su energía oscura expansiva o neutrínica en el magnetismo terrestre ni en la atmósfera o biosfera. Por eso no basta con cuantificar la radiación fotónica solar para saber que energía recibe la tierra y cual es su interacción con el clima local.

Si el clima afecta directamente al desarrollo de la vida y sus formas físicas y culturales, etc, hay aspectos del clima más directos y ejecutivos en tal sentido. Así, los vientos y nubes regulan el desarrollo y clase de los cultivos, economía, hambre, moda, previsiones sociales, todo tipo de energías y actividades asociadas a las mismas, etc. Por lo tanto hay que tener presente que toda interacción humana ecológicamente desestabilizante, disarmónica, egoísta, injusta, contraproducente para el individuo y sistema, afectará al comportamiento de los neutrinos. Y éstos llegado a cierto límite, afectaran drásticamente tanto a su clima meteorológico como fisiológico, como psicofisiológico.

Terremotos, maremotos, tormentas, lluvias, vientos, huracanes, etc. Son fuerzas que tienen lugar por interrelaciones entre el Sol y la tierra, y mediando entre ellas está la biosfera a veces como responsable o causante directa de problemas en sí misma y en esas relaciones sol-tierra. Siendo los organismos más inteligentes de la misma los que más influyen en tales fuerzas neutrínicas y sus procesos decisorios... Por tanto: Si la energía que recibimos del sol está aumentando en su aspecto fotónico u Oscuro, si el efecto invernadero aumenta, si la expansión demográfica aumenta y la ecología se desestabiliza con fuertes contrastes y desequilibrios emocionales entre los seres y cosas... el clima se alterará más... y fuertes reacciones psicoimunológico-ecológicas, climáticas y neutrínicas tendrán lugar en el sistema solar a modo de enormes desequilibrios naturales que afectarán a la biosfera.

"Los humanos no saben lo que poseen en la Tierra. Será porque la mayoría no ha tenido ocasión de abandonarla y regresar después a ella". James Russell Lowell

"End of transmission"



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