viernes, 17 de enero de 2014

EL COSMOS EN UNA TRANSICION DE FASE



Si el universo dejara de expandirse y las galaxias dejaran de alejarse unas de otras para hacer justo lo contrario, al cabo de un tiempo toda la materia del universo acabará concentrándose en un agujero negro colosal, lo que se conoce como Big Crunch.
Si el universo sigue expandiéndose, tal vez los sistemas solares y acaso las galaxias mantengan su cohesión, aunque aislados unos de otros por un vacío inmenso e insondable. O quizá la fuerza que impulsa a la aceleración de esa expansión, la Energía Oscura, acabará afectando a la materia de un modo mucho más directo, derrotando a la gravedad incluso en distancias cortas, hasta que toda la materia, incluyendo los agujeros negros, se desintegre en lo que se conoce como el Big Rip, o Gran Desgarrón.

Ahora se han presentado las conclusiones de otra investigación, según las cuales el universo se contraerá, pero no de un modo progresivo como ocurriría si cesara la expansión y toda la materia del universo se agrupara paulatinamente, sino de una manera súbita y drástica, mediante un proceso comparable al cambio relativamente súbito de estado que se produce cuando, al bajar la temperatura, llega un momento en que un líquido se solidifica y al hacerlo cambian de manera crítica bastantes de sus propiedades.

A través de cálculos y estimaciones, el equipo de Jens Frederik Colding Krog, del Centro de Cosmología y Fenomenología de la Física de Partículas, de la Universidad del Sur de Dinamarca, ha llegado a la conclusión de que, tarde o temprano, un cambio radical en las fuerzas del universo hará que cada pequeña partícula en él se vuelva extremadamente pesada. Todo, desde cada grano de arena en la Tierra, hasta cualquier astro del universo, se volverá miles de billones de veces más pesado de lo que lo es ahora, y esto tendrá consecuencias desastrosas: el nuevo peso comprimirá toda la materia en una pequeña bola supercaliente y superpesada, y el universo tal como lo conocemos dejará de existir.

Lo más inquietante de tales conclusiones es que, según sus autores, esta contracción catastrófica del universo podría ocurrir en cualquier momento, incluso mañana mismo, y no necesariamente en un futuro distante como se suele predecir en otras teorías sobre la extinción del universo. "La transición de fase se iniciará en algún lugar del universo, y se extenderá desde allí. Tal vez la implosión ha comenzado ya en algún lugar del universo y en estos momentos va camino de engullir al resto del universo. Tal vez la contracción está comenzando aquí y ahora. O tal vez comenzará muy lejos y dentro de mil millones de años. No lo sabemos", explica Jens Frederik Colding Krog.
 

Este proceso violento es una transición de fase y es muy similar a lo que ocurre cuando, por ejemplo, el agua se convierte en hielo o un imán se calienta mucho y pierde su magnetización. La transición de fase del universo se producirá si se crea una burbuja donde el Campo de Higgs asociado a la partícula de Higgs alcance un valor diferente que en el resto del universo. Si este nuevo valor resulta ser de energía más baja de lo normal y si la burbuja es lo bastante grande, dicha burbuja se expandirá a la velocidad de la luz en todas las direcciones. Todas las partículas elementales dentro de la burbuja poseerán masa, siendo mucho más pesadas que si estuvieran fuera de la burbuja, y por lo tanto se pueden juntar y formar centros supermasivos.

Información: http://sdu.dk/en/Om_SDU/Fakulteterne/Naturvidenskab/Nyheder/2013_12_12_collapsing_universe

"El Universo es el producto de la polaridad emergente de la Unidad primordial, y todo cuanto está en él contiene a la polaridad como dinámica esencial de su existencia. Reposo y movimiento, contracción y expansión, condensación y dispersión, retroceso y avance...: desde sus manifestaciones más simples y universales, hasta las más complejas y particulares, en todo ser manifestado se expresará esta polaridad originaria". El Ying-Yang

"End of transmission".












martes, 7 de enero de 2014

ENTRELAZAMIENTO ESPACIO-TIEMPO



El entrelazamiento cuántico, un fenómeno desconcertante de la mecánica cuántica al que Albert Einstein se refirió en una ocasión como "acción fantasmal a distancia", podría ser aún más fantasmagórico de lo que Einstein pensaba.
Físicos de la Universidad de Washington en Seattle y la Universidad de Stony Brook en Nueva York, ambas en Estados Unidos, consideran que el fenómeno podría estar intrínsecamente ligado a los túneles o atajos en el espacio-tiempo, conocidos también como agujeros de gusano o Puentes de Einstein-Rosen, estructuras hipotéticas del espacio-tiempo que a menudo se han expuesto en la ciencia-ficción como atajos para viajar mucho más rápido que la luz desde una parte a otra del universo.

El entrelazamiento cuántico se produce cuando dos o más partículas interactúan de forma que el comportamiento de cada partícula depende del comportamiento de las demás. Por ejemplo, si en un par de partículas entrelazadas se observa que una partícula tiene un espín específico, la otra partícula observada al mismo tiempo tendrá el espín opuesto.
La parte "fantasmagórica" es que, tal como se ha confirmado en experimentos anteriores, esta relación es independiente de la distancia que separa a las partículas; éstas pueden estar en extremos distintos de la misma habitación, o en ciudades separadas por muchos kilómetros de distancia, e incluso, presumiblemente, en galaxias distintas. Si el comportamiento de una de las partículas cambia, el comportamiento de la otra partícula entrelazada cambia simultáneamente, sin importar lo lejos que estén una de la otra.
Hay resultados de estudios recientes que indican que las características de un agujero de gusano son las mismas que si dos agujeros negros estuvieran entrelazados y luego se separaran. Aunque los agujeros negros estuvieran en lados opuestos del universo, el agujero de gusano los conectaría (en la foto: Parque Chacabuco-Buenos Aires, La Fuente de los Sapitos en 1964-izquierda- y la actual en 2014-derecha- entrelazadas en un portal dimensional espacio-tiempo).
 

Los agujeros negros, que pueden ser tan pequeños como un átomo, o muchas veces más grandes que el Sol, existen en todo el universo, pero su atracción gravitacional es tan fuerte que ni siquiera la luz puede escapar de ellos.
El físico Andreas Karch, de la Universidad de Washington, uno de los autores del nuevo estudio, explica que si dos agujeros negros estuvieran entrelazados, una persona situada justo frente a una de las entradas no podría ver ni comunicarse con alguien situado justo en el umbral de la otra entrada. Se podrían comunicar sólo si ambas saltaran dentro del agujero negro, ya que el mundo interior sería el mismo. Por supuesto, todo ello asumiendo que la tremenda fuerza de gravedad no destruyera al instante a los hipotéticos viajeros.
En cualquier caso, la nueva investigación demuestra una equivalencia entre la mecánica cuántica, que se ocupa de fenómenos físicos a escalas muy pequeñas, y la geometría clásica. El resultado es una herramienta matemática que los científicos pueden usar para desarrollar una comprensión más amplia de los sistemas cuánticos entrelazados.

Información adicional: http://www.washington.edu/news/2013/12/03/spooky-action-builds-a-wormhole-between-entangled-particles/



"La física es a menudo más extraña que la ficción, y creo que la ciencia ficción se inspira de la física: dimensiones superiores, agujeros de gusano, la deformación del espacio y el tiempo, cosas así". Michio Kaku

"End of transmission".